Por: Sandra Muñoz Marin
En medio de la inmensidad
en la ausencia de todo...
En el aire que separa
la tierra y el cielo,
ahí está mi alma...
Libre sin un cuerpo
que la aprisione,
sin una ajustada coraza
que impida el andar
del ave...
En medio de esa gran
longitud de espacio
se halla mi espíritu
alzando vuelo...
Tocando las nubes...
Y subiendo,
sin alas,
solo en esencia,
en eternidad
y profundidad.
Allá, donde los cielos
surcan la tierra,
y más arriba...Voy!
Avanzando...
No tengo temor,
todo está en calma.
Las cosas de la tierra
una a una, en la soledad
de un mundo,
hecho de tierra, rio y mar...
se quedan...
Ya nada me importa!
Sólo estoy yo,
y el espacio infinito...
Lleno de paz,
de nuevas experiencias.
De unos rayos de luz
que penetran en mí
y me hacen iniciar
a tener brillo...
A ser luz!
Como un ente mágico,
con luz propia!
Siento que me quema
un amor muy fuerte!!
Siento que soy otra...
he alcanzado,
otra dimensión!
Ya no me duele,
lo que me dolía antes...
Ya no necesito un calmante,
ni siquiera hablar con alguien...
Estoy en la lejanía
en medio de un Universo perfecto.
Pero no me siento sola!
Me acompaña un sabor,
un sentimiento...
y un recuerdo:
El de la alegría!
ESTOY FELIZ!!
DIOS SE HA ENTRADO EN MÍ!
SOY DE ÉL!
Y el espacio es mi casa!!
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