Por: Sandra Muñoz Marín
El momento de reflexionar ha empezado, el mundo necesita establecer el vinculo con Dios, cada uno independiente del otro necesita mantener un contacto directo con Dios. Existen muchas formas de llamar al ser supremo, Padre, Abba, Dios, Supremo Altísimo, Alá, siendo para todos sin discriminaciones el mismo Padre Infinitamente Misericordioso, que nos dejó la puerta abierta, el alma, para conectarnos con Él.
No hay obstáculos para, en este mismo instante, dirigir nuestros pensamientos y comunicar nuestros temores, angustias, anhelos, deseos, súplicas y peticiones e incluso alegrías a nuestro ser creador.
Él, está esperando, está llamando a cada uno por su nombre, está tocando a tu corazón, y demostrando su inmenso y desbordante amor, para llenar cada espacio sin sentido de nuestra vida.
Él nos libera de la angustia, y nos trae la paz.
No hay límites para su amor, es infinito y sana las heridas de cualquier dolor.
Dios es tan profundo que si sólo tomamos menos de cinco minutos para pensar en Él, su amor irradiará más allá de un día en nuestra vida.
El mundo debe despertar de está soledad en la que vive, tanto correr detrás de lo efímero, tanta angustia por lo pasajero y material, y debe detenerse hoy mismo, para que Dios entre, por cada puerta, por cada alma, y limpie y sane, nuestras enfermedades espirituales, por las que todos sufrimos, por carecer de Él.
Hoy deja entrar el fuego infinito, que saciará tus angustias, y tu carencia de amor. No busques más!
Dios te está espérando...déjalo entrar!
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