Por: Sandra Muñoz Marín
Mi alma se rompió en pedazos...
De tristeza se llenó mi corazón!
Mi día se fué oscureciendo poco a poco,
el dolor me invadió y se llevó mi alegría.
Lloré hasta vaciarme...Quería botar la pena,
sacar el agobio y sentirme otra vez tranquila!
Me pasé muchas horas afligida, con el corazón
en la mano, con las lágrimas bañando mi rostro.
Pero sabía que aún siendo ofendida,
aún siendo calumniada y herida ,
con la estaca en mi pecho,
mi vida era transparente y limpia
y el agua sucia no me mancharía,
Dejaría que mis lágrimas se encargaran de curarme
sanar y reposar mi alma del daño que habían
querido causarme...
Deje la puerta abierta para que la pena se marchara,
así, mañana, al abrir mis ojos,
un nuevo y dulce día, ante mí aparecería!
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